El éxito no toca a la puerta de las empresas. De ahí que para triunfar en el mercado necesiten evolucionar. Si no lo hacen podrían desaparecer en la mente del consumidor y por consiguiente, en el tiempo. Eso sí, es preciso entender que cambiar no incluye remover los fundamentos de la marca.
Los cambios demasiado radicales pueden confundir al consumidor sobre la razón de ser de la empresa. ¿Resultado? Perder su posicionamiento y desvanecerse entre los usuarios. ¿Cómo hacerle frente al cambio? Branding Strategy Insider propuso una guía que evitará variaciones innecesarias y confusiones.
Hay aspectos que una marca no pueden cambiar bajo ninguna perspectiva. Debe mantener su nombre en todos los sentidos. Debe, además, conservar su misión, visión, principios y valores. No puede perder de vista su promesa única de venta, (que es la que le ha posicionado en la mente del consumidor).
Las marcas pueden considerar cambios en otros aspectos, como la categoría dentro de la que compiten y su forma de relacionarse con la competencia. Una marca puede redefinir su público objetivo o ajustarlo a las nuevas demandas del mercado. Puede cambiar en su lenguaje y la forma en que se acerca a la gente.