Con la promesa de generar conversaciones significativas e individuales entre marcas y consumidores sin precedentes, años atrás nació el concepto de “fan” en redes sociales, sin embargo, a pesar del tiempo, la promesa sigue estando por cumplir. El problema radica en que muchas marcas desconocen quiénes son sus fans, y sus “superfans”, desconocen también cómo aprovechar toda esa información a la que tienen acceso para su propio beneficio.
La mayoría de empresas no pueden hacerlo porque no existe manera de utilizar la información de los fans con los que se interactúa en las redes sociales. Al desconocer a sus fans, las marcas se han limitado a utilizar Facebook, Twitter y el resto de medios sociales como otro canal de comunicación masiva con la que se dirigen a masas sin nombre ni rostro.
El marketing en redes sociales debe encontrar la manera de cumplir su promesa y crear interacciones personalizadas entre marcas y consumidores. Para ello hará falta contar con nueva tecnología capaz de permitir a los anunciantes desarrollar perfiles que contengan la información de los consumidores que interactúan en las redes sociales.
Igual que el sistema de grabado de datos financieros de una compañía, el nuevo sistema deberá registrar los datos sociales que se consiguen dentro de la organización. Así, las marcas agregarían, organizarían y actualizarían de forma constante los datos a través de distintas fuentes sociales, aumentando las tasas de conversión y generando relaciones más profundas.
Los sistemas de datos sociales deberán sincronizarse con otros sistemas de la empresa para que esta información, junto con los procesos empresariales se integren en todo el ciclo de vida del cliente, desde el proceso de compra, pasando por promociones especiales, hasta la atención post-venta y fidelización de clientes.
Las interacciones personalizadas permiten a las marcas generar un boca a boca que posea contenidos relevantes y atractivos que los consumidores compartirán con sus contactos. Frente a la estrategia del crecimiento, actualmente la interactividad, la conversión y el cuidado de las relaciones con los consumidores, deben ser la prioridad número uno.