En la columna semanal de MarketingActivo en Diario Hoy, sección Dinero, escrita por María Belén Tinajero, el día 8 de octubre del 2009 se abordó el tema de cómo abordar al público de forma adecuada.
La teoría del marketing dice que los mensajes creados deben ser adecuados al público que los reciba. La teoría de la comunicación lo describe muy fácilmente: emisor-mensaje-receptor, esto se aplica en cada sentido de la comunicación, sin importar que sea comercial o no. Por otro lado, el marketing tiene como responsabilidad comunicar los beneficios y características de sus productos o servicios, bajo normas éticas, influir en los consumidores para que puedan tomar las decisiones para su vida con nuestros productos o servicios.
Parece que en ocasiones olvidamos que nuestros mensajes influyen de manera directa en el público que hace el papel de receptor. Las empresas a través de nuestras marcas, comunicamos lo que pensamos y somos, sin duda proyectamos una imagen, la que puede ser de respeto o vulgaridad.
Nosotros, como emisores, decidimos los mensajes que enviamos, con éstos, la imagen de nuestras marcas y el estilo de vida que podemos provocar en nuestro público, nuestros consumidores, nuestros receptores.
Crear estos mensajes bajo los estándares éticos, pensando en que somos el motor del avance de la calidad de vida de nuestros consumidores, no es cosa fácil, peor aún si incluimos el gran objetivo de lograr la preferencia de los consumidores. Sin embargo, nuestra responsabilidad es supervisar que esos mensajes, creados por los creativos, cumplan con el deber social y no solo comercial.
Ahora, más que nunca nuestra ética se pone a prueba, la teoría de la comunicación está en pleno cambio: emisor –mensaje – receptor – “respuesta (mensaje al emisor)” y hasta se puede convertir en un círculo. Los mensajes dedicados para el público objetivo, muchas veces caen en la trampa y no cumple con los dos objetivos, lo que tarde o temprano, tendrá el efecto sobre la marca. Hay que trabajar de cerca con los creativos, la agencia de publicidad y, reconocer que el target emite mensajes que generan reconocimiento.