Ya llegó el nuevo año y trae consigo una infinidad de posibilidades y consumidores esperando que llegue el pago de diciembre. Los publicitarios deberán buscar ideas frescas para continuar lanzando sus mensajes en el 2013. Es el momento de tomar las decisiones que deben cumplirse este nuevo año, y las siguientes pueden ser algunas buenas recomendaciones.
No debe depender más de la ejecución que de la idea. Existen una infinidad de anuncios impresos, comerciales de televisión o vallas publicitarias que no muestran algo más que una foto simpática y un logotipo. En este 2013 se debe hacer algo mejor, algo más complejo que decorar vitrinas simplemente.
Hay que dejar de hacer anuncios publicitarios con la única finalidad de ganar premios. Hay bastantes anuncios que parecen ser hechos solo para ganar algún premio; otros son creados para ser noticia, vender el producto y ganar un premio. Hay otros anuncios que buscan lo mismo pero sin darle mayor importancia al hecho de ganar un reconocimiento. Esta última debería ser la opción más escogida ya que es más importante realizar un buen trabajo para el cliente que el reconocimiento que implica el ganar un premio.
No se debe vender productos viejos como si fuesen nuevos. Esto se trata de un problema de buena conciencia hacia los clientes. En muchas ocasiones está claro que el producto es el mismo pero con un envoltorio diferente. Esta práctica podría ser eliminada en este nuevo año.
No abusar de las redes sociales como se hizo en el 2012. No es bueno ser un esclavo de Twitter o Facebook. Debe tener en cuenta las redes sociales en el plan de medios, pero centrarse principalmente en generar buenos diseños, esto hará que logre más éxito en el mundo social digital.
Algo importante será el tomarse el tiempo suficiente para crear proyectos más originales y estratégicos. El arte de escribir un buen brief últimamente está de bajada. Muchos publicistas están creando estrategias insuficientes e inadecuadas.
Finalmente, la valentía es algo que no se puede dejar de lado este nuevo año. No hay que tener miedo de decirle que no al cliente; precisamente porque debe ser valiente y buscar lo mejor para él, no debe dudar el ser sincero y hacer un gran trabajo aunque en ocasiones el cliente no esté de acuerdo con lo realizado. Es preciso llegar a un acuerdo de las ideas para alcanzar mejores resultados.