1985 nació el restaurante en el garage de la casa “mi esposa es la creadora de las recetas (…) ella es la parte silenciosa, pero la más importante”. Hoy Ceviches de la Rumiñahui tiene 36 locales. En 1993 se abrió el primer local en patio de comidas. Nació sin letrero y adoptó el nombre con el que los consumidores le conocían.
Marcelo Castro propietario de los Ceviches de la Rumiñahui compartió su historia. Inició con el negocio en el garage de su casa, el ceviche de concha y el de pescado, fueron los primeros productos que vendieron. A tan solo semanas, el menú incluyó el ceviche de camarón. Uno de los problemas eran los proveedores, ya que en esa época, el transporte para los mariscos no era lo que es hoy.
El arroz con camarón fue el producto que sumaron como un plato alterno al ceviche. “Sin duda el producto estrella es el camarón” dijo Castro, en la sierra a la gente le gusta mucho y es lo que más consume.
El hecho más difícil que enfrentaron en sus inicios, fue la epidemia de cólera que se vivió en los años 90s. “No despedimos a ninguno de los empleados, nosotros aguantamos la situación”.
En cuestión de marca, el lugar nació sin rótulo y simplemente adoptó el nombre con el que los consumidores le conocían “Los ceviches de la Rumiñahui” debido a las colas de gente, era fácil de identificar. Después de un año de funcionamiento “pusimos un letrerito”.
En algunos casos, el nombre ha causado poco de problemas, especialmente en Guayaquil “si ha sido un obstáculo para la expansión en la costa” debido al regionalismo y rivalidad existente.
El local era arrendado. El garage tuvo que ampliarse, empezó ha adaptarse artesanalmente en el comedor, la sala y el patio. “Nos atrasamos mucho en abrir otro local (…) se toma ese tipo de decisiones (…) nos pusimos a construir en otro terreno en un lugar no muy transitado. Ese lugar iba a servir como centro de acopio y procesamiento de productos”.
La competencia tuvo su efecto en Castro: “Me despertó, como era posible que el local de enfrente se estaba llevan la gente que no tenía , así que apresuré los planes de expansión (…) a la final (la competencia) es saludable”.
Fue un gran paso abrir el local en el terreno, no era un sitio muy transitado. Otro gran paso fue abrir el local en el patio de comidas del Quicentro. En 1993 no funcionaban los patios de comidas, ellos le convencieron para abrir y según Castro “fue toda una experiencia porque nadie sabia como funcionaba”.
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